El 12 de enero de 2010 la historia de Haití cambió para siempre a las 16:53 hora local, cuando un gran terremoto con epicentro a 15 kilómetros de Puerto Príncipe sacudió la tierra con una intensidad de 7,0 grados en la escala Richter. Bastaron unos pocos segundos para que todo se convirtiera en una nube de polvo por el derrumbamiento de la mayoría de los edificios. Hoy, gracias a la solidaridad y el apoyo recibido, los Salesianos mantienen su compromiso con este país.
Unterremotoque llevó muerte y desolación
Escuelas y hospitales derruidos, miles de refugiados, un millón de niños y niñashuérfanos, más de350.000 personas heridas. Los misioneros salesianos, que llevan casi80 añosjunto a la población haitiana,continúan trabajandoen la reconstrucción de escuelas, centros de formación e infraestructuras destinadas a los más desfavorecidos
Gracias a la ayuda llegada de todo el mundohan podido rehabilitar edificios dañados y construir nuevos, pero lo más importante es dar la oportunidad a los más jóvenes de tener educación.
A pesar de todo lo que han podido hacer los misioneros, existen más de 170.000 personas en tiendas de campaña en campos de desplazados y otro millón más vive en construcciones inseguras. Miles de niños y jóvenes no van a la escuela.
Seis años después, los misioneros salesianos atienden a 30.000 jóvenes en sus 10 comunidades. Educación y un plato de comida es lo que reciben diariamente más de 20.000 niños y niñas en las Pequeñas Escuelas del Padre Bohnen; la Escuela de Timkatec cuenta con cerca de 800 menores; en la Escuela Agrícola de Cap-Haiten se forman 350 jóvenes y más de 1.000 niños y niñas estudian en el gran Centro Educativo de Gressier; alrededor de 170 menores reciben educación básica en Fort-Liberté y 160 jóvenes estudian enfermería. Además, los misioneros salesianos acogiendo en el centro Lakay a los menores que rescatan de las calles.
El 12 de enerose realizó una celebración eucarística en la obra de ENAM, en el mismo lugar donde enterraron a 200 estudiantes de "la Pequeña escuela del Padre Bonhen" (OPEB) el 12 de enero de 2010.
La ceremonia, presidida por don Sylvain Ducange, Inspector de Haití, quien se encontró con los Salesianos de Don Bosco y las Hijas de María Auxiliadora de la zona metropolitana, junto con postnovicios, aspirantes, prenovicios, directores y profesores de la OPEB, estudiantes y otros empleados de la gran obra de ENAM.
Don Jean Sylvain Jeannot, Vicario Provincial, ha pronunciado la homilía, después de haber esparcido simbólicamente pétalos de una flor en el lugar donde están enterrados los restos de los estudiantes de la OPEB
"Como estas flores han sido deshojadas para honrar a nuestros seres queridos, así Dios se hizo pobre para enriquecernos -dijo el salesiano-. Si Haití sigue sufriendo las secuelas del terremoto, después de seis años, no significa que Dios nos haya abandonado. Él es un Dios misericordioso. Él es el que nos permite estar hoy aquí. Él es quien nos enseña la mejor oración por todas las personas desaparecidas el 12 de enero, en particular por nuestros seres queridos. Nada puede separarnos de su amor por nosotros".
La celebración trajo a la memoria tantos recuerdos: al lado de la multitud de estudiantes que perecieron en la destrucción de la escuela, también se recordaron al salesiano coadjutor Hubert Sanon y tres jóvenes salesianos muertos en esa ocasión.
Después de la misa los salesianos se han dirigido a la universidad Quisqueya, donde enterraron a dos jóvenes salesianos. Allí, en una habitación construída en memoria de los estudiantes afectados por el desastre del 12 de enero, recitaron las Laudes. Esta oración fue ofrecida por todos los estudiantes universitarios que murieron en este lugar, especialmente los estudiantes salesianos: Wilfrid Atismé, Valsaint Vilbrun, Pierre Richard René
Toda la mañana transcurrió en una atmósfera de meditación y profunda reflexión sobre la fragilidad de la vida sobre la tierra.
La Congregación Salesiana y Misiones Salesianas quieren agradecer a todos los donantes el apoyo prestado a los misioneros salesianos durante estos seis años.
